Para conservar a un amigo 3
cosas son necesarias: honrarlo cuando esté presente, valorarlo cuando esté ausente, y
asistirlo cuando lo necesite.
Gran parte de la vitalidad
de una amistad reside
en el respeto de las diferencias, no sólo en el disfrute de las semejanzas.
Tómate tiempo para escoger
un amigo; pero sé
más lento aún en cambiarlo.
La amistad es un alma que
habita en dos cuerpos y un corazón que habita en dos almas.
La verdadera amistad es la
que sigue a tu lado incluso
cuando no te queda nada por ofrecer, salvo tu compañía.
A veces, una separación
prolongada, a la vez que amortigua los rencores despierta la amistad.
La amistad es como un
lucero que siempre está dando luz al cielo.
No busques
amigos sin defectos, pues te quedarás sin amigos toda la vida.
Tampoco busques defectos en
tus amigos, pues poco a poco te quedarás solo.
A las personas les interesa
nuestro destino exterior; el interior, sólo a nuestro amigo.
Si quieres hallar en
cualquier parte amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
Es una regla en la amistad
que cuando
la desconfianza entra por la puerta, el afecto sale por la ventana.
¡Qué raro y maravilloso es
ese fugaz instante en el que nos damos cuenta de que hemos descubierto un
amigo!
Hemos aprendido a volar
como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el CUALQUIERA arte de
vivir juntos como hermanos.
Dios no ha creado
fronteras. Mi objetivo es la amistad con el mundo entero.
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